La enfermera que atendió al dentista comentó que notó que algo no andaba bien cuando el dentista exhibió su brazo para recibir la inyección contra el virus pandémico.

La enfermera notó que la extremidad del dentista tenía la piel fría y pegajosa, y además el color era demasiado claro. Entonces, le levantó la camisa y descubrió la prótesis de silicona. En un primer momento pensó que el hombre tenía el brazo amputado y se había equivocado al ofrecer su brazo ortopédico, pero comprendió de inmediato que el dentista estaba tratando de evitar la vacuna utilizando una prótesis, en la que esperaba que le inyectase el medicamento sin darse cuenta.

El dentista ideó esta burda estrategia para obtener el pasaporte Covid sin vacunarse. Este particular italiano de la odontología ya había sido suspendido por su colegio profesional tras rechazar la vacuna y no contar con el certificado sanitario, un requisito obligatorio para trabajar y acudir a espacios cerrados. En este contexto, el profesional de la salud dental pensó en la idea del brazo falso de silicona, que no resultó, pero no era lo que esperaba...