Esta novedosa iniciativa fue presentada en Chile por un Servicio de Salud. Además, un paciente comenta la experiencia realizada para quitarle el miedo a su hijo.

Servicios de Salud del país trasandino realizan Talleres de “Magicoterapia”, instancia que busca que los niños pierdan el miedo a visitar al dentista. Esta novedosa actividad la realiza el técnico en odontología y mago Luis Muñoz, presidente del grupo Odontocreación (www.odontocreacion.es) del Instituto Duoc UC de Valparaíso. Mediante la magicoterapia enseña de manera didáctica la importancia de acudir al dentista y otros aspectos referidos a la prevención de enfermedades dentales, utilizando juegos y trucos mágicos.
La sesión de magicoterapia, tiene una duración de 3 minutos, donde el niño aprende la importancia de la higiene dental y se divierte liberando endorfinas que disminuyen la ansiedad y el dolor.
Esta técnica se aplica en casos aún más complejos, en niños con Síndrome de Down y autistas, y ha tenido 100% de eficacia.
La Magicoterapia es una técnica mundialmente conocida como el método Siniscalchi. ”El juego es la llave que abre la puerta de la confianza del niño, lo libera del miedo y permite al especialista entrar en su mundo", asegura ITALO Siniscalchi, el odontólogo italiano que trabaja con la magia desde hace algunos años. La experimentación del método durante algunos años por la sección de cirugía pediátrica del hospital San Giovanni Dio e Ruggi D'Aragona de Salerno (sur) Italia, fue un éxito y animó a  los profesionales de Odontocreación a estudiar y practicarlo.
Siniscalchi espera que con el tiempo la Magicoterapia sea una especialidad médica, "teniendo en cuenta que el 90% de los menores experimenta un auténtico terror a ir al dentista después de la primera visita".
Aunque su principal campo de aplicación es la odontología, también ha obtenido excelentes resultados en rehabilitación de minusválidos, pues el juego aumenta la coordinación motora- y en la psicología y psiquiatría infantil -especialmente en el terreno de la depresión-. "En realidad puede ser utilizado en toda la medicina pediátrica por todos aquellos especialistas que se relacionen con menores e inválidos como pacientes, aunque hay que estudiar la técnica", advirtió.
La magia -"siempre a través de juegos individuales, estudiados para cada caso"- se convierte en una forma de comunicación alternativa que actúa sobre la psique del niño, que así se libera del estrés y facilita la curación.

Luis Muñoz de Odontocreación. El miedo puede generar en el niño problemas físicos, como el aumento de la temperatura del cuerpo o fenómenos asmáticos con sensación de ahogo- y psíquicos -desde dificultades de lenguaje a ansiedad-, algo que "habitualmente pasa desapercibido para el dentista, que está concentrado en la boca de su paciente". Pero lo más grave, según  Siniscalchi, es que "los testimonios de cientos de enfermos revelan que ese temor infantil permanece impreso en la mente del menor y lo condiciona al llegar a la edad adulta hasta el punto de impedirle someterse a tratamientos necesarios para su curación". Todas estas dificultades se pueden superar con la magicoterapia, un método que "funciona siempre" porque "el juego forma un binomio indisoluble con el niño", que a través de la magia obtiene "un instrumento de afirmación que le hace sentirse fuerte y afirmarse".

APRENDER CON EL EJEMPLO. Una persona dejó un comentario en un blog donde se hablaba de esta iniciativa para perder el miedo, el mismo hacía referencia a la satisfactoria experiencia que él hizo vivir a su hijo con ayuda de su odontólogo. «Tuve una idea mejor hace más de 11 años , dado que los niños aprenden del ejemplo hable con mi dentista y con ocasión de hacerme un tratamiento menor (porque yo personalmente le tengo terror) llevé a mi niño conmigo y se sentó a mirar todo lo que me hacían. El dentista le explicaba y cuando terminó lo invitó a sentarse en la silla, lo que mi hijo encontró fantástico, luego de un rato le preguntó si le quería mostrar los dientes y le revisó, le felicitó y se despidió invitándolo a regresar. Mi hijo hasta el día de hoy asiste regularmente al DENTISTA, en forma voluntaria y sin temor. ¿Por qué? Sencillo, porque su primera experiencia no fue traumática, como lo fue la mía.» Fuente www.vmasv.cl / www.radiobiobio.cl / www.diente.com.mx