El Ratón Pérez, versión animada creada por Patagonik Group qie cuenta con dos largometrajes inspirados en este personaje.
15/12/2010 Creencias populares. Los dientes y el origen del Ratoncito Pérez.
Reproducimos un artículo que ilustra cómo la humanidad resolvió la caída de los dientes en la infancia, que de otra forma hubiese sido traumática a esa edad. La moderna Antropología nos dice que las creencias mágicas o religiosas tienen su origen en los deseos, temores, pasiones y esperanzas de los hombres, y que los mitos constituyen un recurso de canalizar estos sentimientos por medio de cosas concretas e inteligibles. Rastreando, pues, la historia de la Humanidad, puede constatarse que no ha existido civilización o pueblo primitivo que no se haya interesado, de alguna manera, por el control de algunas especies animales, no sólo para emplearlos como elementos de ayuda en faenas laborales pesadas, sino también por pensar que éstos están dotados de ciertas cualidades esotéricas que resultan beneficiosas para el hombre. Una forma de ese interés por los animales la encontramos, por ejemplo, en el uso de amuletos elaborados con figuras éstos o con algún trozo de su anatomía (hueso, diente...) para la consecución de un bien o prevención de algún mal. Y actualmente, en muchas tribus o pueblos que viven ajenos a la civilización, aún pervive la creencia de las virtudes que tienen los mechones de pelo de rata, de ahí el uso ornamental que de ellos hacen frecuentemente los guerreros, con la esperanza de que les proporcione mayor vigor y más agilidad.
La cultura anglosajona construyó el Hada de los Dientes (Tooth Fairy) en lugar de Pérez. LOS RATONES Y LA AGRICULTURA. Frecuentemente se vincula al ratón con el hombre del mundo agrario.
Existen exorcismos cuyo fin es el de preservar los campos de los
ratones. Un tratado romano de agricultura da la siguiente fórmula con el fin
citado anteriormente: «Yo os conjuro, ratones aquí presentes, para que
no me hagáis daño ni consintáis que ningún ratón me lo haga. Os doy un
campo allí, pero si agarro a alguno de vosotros aquí otra vez, por la
madre de los dioses que le rajaré en siete pedazos». En Balí se pretende acabar con los ratones de los arrozales dando caza a
un buen número de ellos para luego arrojarlos al fuego y quemarlos,
pero dejan en libertad a dos de los ratones capturados. Mientras estos
huyen, los campesinos se inclinan ante ellos, pensando que habrán
aprendido la lección y que saben lo que les espera si vuelven. EL RATONCITO PÉREZ. En muchas zonas del mundo se tiene la creencia de que existe un ratón,
un ratón con apellido propio, que se nos presenta como un ser dadivoso,
aunque sea con un nombre diferente o de otra forma, tal como ocurre en
las culturas del ámbito mediterráneo. Así, en España y muchos países de
su influencia cultural en América, ese roedor que recoge los dientes de
leche que han sido depositados por su infantil propietario bajo la
almohada y deja en su lugar algo de dinero, es conocido como El
Ratoncito Pérez. En Francia también existe la leyenda de un roedor que cumple las mismas
funciones que el Ratón Pérez, pero en el país galo recibe el nombre de
Petite Souris. También existen países, como Suiza, Perú, Venezuela, Polonia, México o
la India, en los que esta tradición es desempeñada por ratones anónimos.
En Alemania, cuando se caen los dientes de leche, se tiene por costumbre
decir: «Ratón, déme su diente de hierro; yo le daré el mío de hueso». En una isla del Pacífico llamada Rarotonga, cuando se le extraía un
diente a un pequeño, había que decir: «Gran rata, pequeña rata, aquí
está mi viejo diente; os ruego que deis otro nuevo». En cambio, en los países de influencia anglosajona, como son EE.UU.,
Inglaterra, Australia y Filipinas, entre otros, la función de este
peculiar roedor es llevada a cabo por el Hada de los Dientes (Tooth
Fairy), mientras que otros, como Bulgaria, esta tarea es responsabilidad
de las abuelas. En definitiva, en muchas partes del mundo existe la costumbre de colocar
los dientes que se caen naturalmente en determinados lugares, a fin de
que puedan ser encontrados por un ratón o rata con la esperanza de que,
por esa conexión que existe entre el diente y su propietario, el resto
de sus dientes adquieran la firmeza de la dentadura de los roedores. En el caso del ratón Pérez, algunos investigadores creen ver una fórmula
ritual iniciática, por el hecho de que se produce a una edad temprana,
pero, aun así, en nuestra cultura perdió su significación. Por otra parte, es preciso dejar constancia de que, aunque se trate de
una simple creencia, tiene un efecto liberador de la posible ansiedad
que pueda generar en el pequeño la caída del diente.
| Estudio del natural para el retrato del rey Alfonso XIII realizado por Ramón Casas, excepcional pintor catalán. LOS SUEÑOS Y LA CAÍDA DE LOS DIENTES. En nuestra sociedad actual se ha constatado la tendencia de las gentes
sencillas a interpretar los sueños que se tienen sobre la caída de las
piezas dentales. Así, soñar que se te caen los dientes es señal de mala
suerte; si sueñas que se te caen las muelas y te duelen, es que se va a
morir alguien de tu familia; soñar que no te duelen, es presagio de
enfermedad o la muerte de algún conocido; según qué diente se caiga,
presagia pérdida de amigo o muerte de algún ser querido; soñar que se te
caen las muelas o dientes y soñar con carne y sangre, significa muerte,
entre muchas otras. En su fundamental obra La interpretación de los sueños, Sigmund Freud
afirma que los sueños relacionados con los dientes tienen siempre el
mismo sentido. Freud opina que «en los sujetos masculinos, era el placer
onanista de la pubertad lo que constituía la fuerza provocadora de
estos sueños». Nótese que, en alemán, arrancarse una, aparte de
significar extracción dental, puede traducirse como masturbarse. Existe también la opinión de que los sueños que tienen las mujeres
relacionados con los dientes son indicio de que habrá un nacimiento.
| Placa del Ayuntamiento de Madrid que dice: «Aquí vivía dentro de una caja de galletas en la confitería Prast, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el rey niño Alfonos XIII». EL RATONCITO PÉREZ Y EL PADRE COLOMA. Al margen de todo esto, cabe destacar que el autor del cuento del Ratoncito Pérez es el jerezano padre Luis Coloma. A quien le fue encomendada por la reina Cristina la labor de escribir un
cuento como regalo al pequeño Alfonso XIII por la caída de un diente a
los 8 años. Este cuento trata del viaje que llevan a cabo el pequeño Rey Buby (en
realidad se trata del apelativo que la Reina Madre daba a su hijo) y el
Ratón Pérez, transformado en un pequeño ratoncito, para descubrir cómo
vivían sus pequeños súbditos. En se viaje Buby aprende valores como el
buen gobierno de sus súbditos, la generosidad y la valentía. Según el padre Luis Coloma, el Ratón Pérez es pequeño, con sombrero de
paja, lentes de oro, zapatos de lienzo y una cartera roja, terciada a la
espalda. La primera edición data de 1902 y su manuscrito se conserva, desde 1894, en la Biblioteca del Palacio Real (España).
| BIBLIOGRAFÍA. Moreta Lara, M. Á. y F. ÁLVAREZ Curiel (1992): Supersticiones populares andaluzas. Ed. Arguval, Málaga. ACERCA DE LA AUTORA. Sandra Martín Jiménez (El Burgo, Málaga, 1984) cursó estudios primarios y
secundarios en distintos instutos educativos de la provincia de Málaga
(España), donde reside y estudia la diplomatura de Maestro en Educación Primaria
en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de
Málaga. FUENTE. Este artículo fue extraído de la publicación Gibralfaro, Revista de
Creación Literaria y Humanidades. Año V. Número 39. Abril 2006.
Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de
Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.
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